domingo, 31 de enero de 2010

Camino de Santiago (II): León - Villadangos


DÍA 2: LEÓN – VILLADANGOS DEL PÁRAMO (22 KMS)


Son las 6 de la tarde del día 2 de julio de 2008 (miércoles) y me dispongo a relatar el día de hoy, como viene siendo habitual y aprovechando que tengo tiempo para hacerlo.

Ha sido la de hoy la primera etapa del camino de Santiago propiamente dicha, la cual ha transcurrido desde León hasta la localidad de Villadángos del Páramo. Pero empecemos el relato por el principio…

Tras una placentera noche (al menos para mí, pues Fran no ha pegado ojo; extrañaba su cama) nos levantamos a las 6:15 de la mañana, prestos para comenzar una moderada caminata. Nos zampamos el desayuno (dos napolitanas de crema y un sumito, zurmano de piña) y a continuación nos acicalamos para abandonar el albergue y comenzar la marcha.

Partimos a las 7 de la mañana. Cruzamos la ciudad de León (o más bien la bordeamos) rumbo hacia el puente situado al lado del Hostal de San Marco.

Es temprano y el buen tiempo nos abandona por momentos, pues hace bastante fresco. Esta situación obliga a Fran a ponerse el abrigo, que luego se quitará. Yo, en cambio, tengo menos frío que ayer y sabiendo que con el movimiento entraría en calor, salí con la camiseta del Villareal por única prenda.

Comienza el camino y comienzan los problemas… No me encuentro muy bien, pues la barriga me pide a gritos… ya sabéis. Cuando llegamos al puente sobre el río Bernesga vi un bar en el cual “pedir una Coca-cola” xD. Me sentí mucho mejor y tras el habitual enfado de Fran por la tardanza, retomamos la marcha.



Por cierto, una pena no haber podido visitar el Hostal de San Marco. Es un gran edificio con una fachada espectacular, de estilo renacentista. En otra ocasión me gustaría visitarlo, aunque como ahora me dice Fran, es un Parador Nacional… O sea, cuando me case o me arrejunte! xD

Sin más contratiempos tomamos el puente y se puede decir que empieza nuestra verdadera aventura. Seguimos las flechas amarillas y las conchas indicativas que estaban por el suelo, hasta ir dejando atrás la ciudad leonesa. Al principio vimos al primer peregrino, aunque en este caso era peregrina. La adelantamos, pues iba muy lenta y proseguimos con un ritmo bastante alto (que mantendríamos todo el trayecto).

Poco a poco vamos viendo y encontrándonos con más y más compañeros de viaje, dando la sensación real de que no estamos solos en esta aventura. El frío irá desapareciendo y comienzan las primeras cuestas, las cuales no son muy pronunciadas, pero obligan a hacer un sobreesfuerzo. Casi sin darnos cuenta, se acaba el término de León y empieza el de Trobajo del Camino.

Como curiosidad encontramos unas preciosas casas hechas de ¿adobe? Y madera por encima. Algo parecido a una cueva, pues estaban excavadas en la ladera de una suave colina. Fran le hizo unas fotos.



Una vez dejamos atrás este núcleo de población, empezamos a ver polígonos industriales (a cual más feo xD) y coches y camiones por doquier. Quizás un aspecto poco agradable para la marcha, pero a la que te tienes que acostumbrar, al menos en ese tramo. Además, el peregrino tiene que sobreponerse a todo.

En uno de estos polígonos nos encontramos con una fábrica de dulces y pasteles, que impregnó el aire de un olor súper agradable y más a esas horas del día… Además, sabiendo que nos quedaban varias horas para volver a probar bocado.

Sin nada interesante que nos ocurriera durante el trayecto, llegamos al Santuario de la Virgen del Camino, patrona de León. Es un templo de construcción reciente, con unas estatuas de bronce en la fachada bastante curiosas. Tiene una cruz enorme a guisa de torre. Entramos en la iglesia pero estaban oficiando una misa, con lo cual la abandonamos y seguimos la marcha.

Pero como siempre ocurre, las desgracias nunca vienen solas… Después de dejar el santuario, comenzamos a andar por la vera de la carretera, pues no hay un vado o camino por el que andar. Todo esto supone exponernos a coches y camiones pasando por la autopista…

Pero eso no fue lo peor… Llegados a un punto dejamos de ver las flechas amarillas en el suelo y se nos presentó una disyuntiva: seguir rectos o tomar por un camino aledaño. Decidimos entonces seguir rectos siguiendo a nuestro colega Hakira “el friki”, el cual andaba más perdido que nosotros… jaja



Caminamos bastantes metros sin divisar ninguna pista que seguir y yo al menos me puse algo nerviosillo. Seguimos en dirección Astorga, pero sin la certeza de ir por el buen camino… Hasta que por fin vimos en el suelo una flecha amarilla: ALELUYA!!! Sin embargo, cuando vimos hacia donde señalaba… TENÍAMOS QUE CRUZAR LA AUTOPISTA! De locos vaya… Cruzamos la carretera con bastante miedo y riesgo, hasta que dimos con un sendero y avanzamos varios metros en la misma dirección. Entonces vimos otro cartel que nos indicaba volver a cruzar la carretera… Así es que por segunda vez la cruzamos y por fin, de una vez por todas, nos reincorporamos al sendero de las baldosas amarillas…

Creo que fue lo peor hasta ese momento, porque sientes mucha incertidumbre de no saber si estás yendo en dirección adecuada y encima estaba todo sin señalizar… Se debería cuidar este punto más por parte de las autoridades competentes, pues entraña un grave peligro para los viandantes.

Proseguimos la marcha, ya más tranquilos, con un ritmo bastante altos (parecíamos marchadores jeje). Adelantamos a varios grupos de peregrinos de hecho. Fue un paseo muy agradable, en el que fuimos charlando tranquilamente de nuestras cosas. Así hasta que llegamos al municipio de Valverde (del Camino jaja) de la Virgen. Un pueblo pequeñito atravesado por la carretera en dónde tuvimos una agradable sorpresa.

En esta villa vive un personaje de los que escasean en la actualidad. Se trata de nuestro amigo Agapito (Pitoucha). Es un buen hombre que se dedica a dejar en su casa, situada junto al camino, todo tipo de alimentos y agua para los viajeros. Fue una sorpresa agradable y por supuesto le dejamos nuestro agradecimiento en forma de escrito.



Dejamos en pocos minutos Valverde (sobre las 10:30), quedándonos solamente 6 kms para llegar a nuestro destino (aunque realmente eran 8 kms). Este trayecto fue tranquilo y yo quizás me aislé un poco buscando un momento para pensar y reflexionar. Es una gozada encontrarte contigo mismo caminando por senderos empedrados, rodeados de vegetación propia del Páramo leonés y escuchando sólo el sonido de tu respiración, de tus pasos y de la naturaleza…

Por cierto, se me olvidó comentar que justo cuando nos sentimos desorientados, Fran encontró unas cuerdas que utilizamos para colocarnos las famosas conchas de peregrino en la mochila. A partir de ese momento el traqueteo de las mismas al golpear las mochilas nos acompañará en nuestro caminar.

Como decía, me aislé un poco hasta llegar al sitio en que me encuentro. A veces viene muy bien tener estos momentos de soledad y recogimiento. En estos instantes pensé un poco en todo, acordándome de muchas cosas y dándome ánimos para seguir adelante y no desfallecer (que flojo soy, sólo había pasado un día jaja). Espero poder dedicarle (o más bien, dedicarme) más tiempo para reflexionar sobre este y más temas.

Así las cosas, sobre las 11 divisamos el albergue de Villadangos del Páramo, el pueblo cabecera de esta comarca. Un pueblo que según nos contó un vecino tenía unos 3000 habitantes, hecho del que dudo bastante, ya que sus calles estaban desiertas y el pueblo no es que fuera gran cosa…



Como decía, llegamos a las 11 de la mañana, hora en la que apenas había gente en el albergue, sólo una pareja de jóvenes y enamorados mexicanos (lo mantengo tal cual, aunque es obvio que no era cierto!!!! Jajaja) Preguntamos en recepción, pero no había recepcionista! Jeje Así es que decidimos explorar por nuestra cuenta. Habían dejado un cartel que decía que “llegarían a las 11:30” y que “fuéramos acomodándonos”, cosa que hicimos. Buscamos una habitación y me gustó una situada en el ala izquierda. Eran habitaciones pequeñas con 6 CAMAS! 2 literas de 3 camas cada una, ya os podéis imaginar que no cogí la 3 y más alta… xD

Dejamos las cosas e inspeccionamos el lugar hasta que vino la “mushasha” del albergue. El albergue está súper bien, tiene de todo: cocina, frigo, duchas, mesas de estar, intérnele, etc (esto al principio me sorprendía, pues no esperaba tantas comodidades! Jeje) Además era relativamente barato: 3 €. En la entrada hay recuerdos de viajeros que han pasado por aquí, fotos, recortes de periódicos (en una salía Cachuli jaja), banderas de países, etc.

Así pues nos dan las 11:30 en la que abría el albergue y acudimos a pagar la estancia… y a que nos sellen la credencial! Llevamos ya 4 sellitos! (transcurrido el tiempo pienso que pa qué? Luego lo perdería… L ). A continuación nos echamos una mini siesta de 1 horilla, aunque a decir verdad yo no quería… pero el cansancio era agudo y caí rendido! Jeje.

Al levantarnos fuimos al “centro” a por comida. Nos hicimos con un paquete de pasta (tortelini con queso) que luego devoraríamos con gusto. Dejamos las cosas y esperamos a que los demás peregrinos comieran, pues tanto la cocina como las mesas estaban petadas de gente. Fran preparó la pasta y al rato comimos tranquilamente los dos.

En estas conocimos a nuestros compis de habitación: una pareja cincuentona de Murcia. Muy agradables los dos, por cierto. El hombre hablaba por los codos jaja pero no se hacía pesado.

Cuando terminamos de almorzar, Fran se fue a la habitación y yo me quedé fregando los platos. Lavado de platos que acabó con incidente: me cargué un vaso! Jeje Dejé todo lleno de cristales, que me apresuré a limpiar presto y rápido antes de que viniera nadie! Jeje Si alguna vez vas a ese albergue, ya sabes! No vayas descalzo/a! xD

Una vez terminada la faena nos cargamos una buena siesta, como está mandado! 2 horitas y a las 17 horas ya estábamos en pie de nuevo. Al rato cogimos rumbo al “centro” de la villa, para visitar la iglesia de Santiago Apóstol. En el camino vimos a varios abueletes que estaban sentados matando el aburrimiento, muy majos todos.



La iglesia estaba vacía… hasta que llegó el “guía”. Lo pongo entre comillas porque era una persona mayor que a base de repetir las cosas del templo lo hacía medianamente bien. Nos explicó un poco por encima la historia de la iglesia, con pocos detalles a decir verdad. El hombre era muy simpático y hablador, y medía 2 metros… por lo menos xD Nos puso el sellito justo antes de entrar a la iglesia. La iglesia es pequeñita y está dedicada al apóstol, como no podía ser de otra manera. Tiene un retablo barroco bastante bonito, en cuyo centro se encuentra la estatua ecuestre de Santiago Matamoros. En el templo nos volvimos a topar con los murcianos, que también tenían ganas de ver la iglesia.

Finalmente regresamos al albergue, pero antes nos pasamos por el súper (bastante cutre, por cierto) para comprar la cena, de la que daríamos buena cuenta luego. En estas nos dieron las 7 de la tarde-noche y me pegué la duchita del día… Vaya mal rato que pasé, porque lo tuve que hacer con agua fría! Ahora lo recuerdo con cariño, pero en ese momento me acordaba de San Pedro y de Santiago xD

Tras dejar de escribir y de ducharme, fuimos de nuevo a la iglesia para asistir a la misa… Sí, tras años sin hacerlo jaja No voy a entrar en debates o polémicas religiosas, pero dejo mi sentir antirreligioso en estas líneas… :P Fran también hacía años que no iba a una misa y siempre fue por obligación (como todo el mundo vaya xD). Allí había poca gente escuchando la palabra del Señor, sobre todo gente mayor.

Fue curioso percatarnos de quien estaba oficiando la misa… Antes, sobre las 5 o así, coincidimos con un ciclista polaco que nunca llegaríamos a pensar que fuera a ser cura!!!! No tenía para nada pinta, os lo aseguro jeje Además, no tenía ni papa de español ni de inglés, con lo que fue un imposible hablar más con él.

Asimismo, Fran y yo nos sorprendimos al conocer la historia de un valenciano que estaba haciendo la ruta en bici, pero que había salido desde San Petersburgo (Rusia). Increíble, llevaba 2 meses por ahí fuera xD La mujer estaría que trina! Hay gente p ‘ató…

En el albergue había muy buen ambiente la verdad. Una chica se sacó una guitarra y empezó a cantar cosas así tipo juglar y los presentes disfrutamos de su música. Tras estar un ratillo con la gente nos preparamos la cena y nos dispusimos a pillar la cama para descansar para el duro día que se nos presentaba.

Por cierto y para terminar, quedarán para la Historia frases célebres como las que dijo Fran:

  • “Tú, yo y nosotros” (no sé en quien más estaría pensando…)
  • “A ese colegio vienen niños de otros pueblos (mirando un cartel y señalando), por ejemplo, de “San Vicente y del Páramo” En realidad el pueblo era San Vicente del Páramo. No comments!
  • “Ostia, Benito, mira un tractor!!! Ah no, que es un grupo de personas…” :O

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