domingo, 31 de enero de 2010

Camino de Santiago (III): Villadangos - Astorga



DÍA 3: VILLADANGOS DEL PÁRAMO - ASTORGA (28 KMS)


Son las ocho menos cuarto. Nos encontramos en la terraza del albergue municipal de Astorga. Es nuestro segundo día de duro camino… y se nota. El cansancio empieza a hacer mella en nosotros y más tras una jornada de 28 kms, nada más y nada menos. En mi caso, el cansancio se ha convertido en dolor en varias partes de mi cuerpo: se me han sobrecargado los músculos del hombro y las piernas son un clamor. Aún así, tras un merecido descanso ha remetido un poco el dolor. Gracias en parte a la inestimable ayuda de Fran, el cual me ha dado un buen masaje. Pero como siempre, mejor empecemos por el principio…

Nos levantamos a las 6:20 de la mañana, tras haber pasado una noche toledana por culpa de los ronquidos de “la Bestia”. Según Fran, parecía el rugido de un motor xD Tras desayunar un zumo de piña y una barrita energética, salimos del albergue de Villadangos. Hacía un frío que pelaba y tardamos varios minutos en entrar en calor.

Cruzamos todo el pueblo hasta llegar a la salida, en una encrucijada de caminos. Como anécdota decir que en este punto varias personas se eqivocaron de camino y perdieron un tiempo precioso, recorriendo unos 8 kms de más. Y eso que había un cartel bastante clarito indicando que dirección tomar. En fin… jeje



Aunque me adelante a los acontecimientos, este hecho, contado luego por los amigos “perdidos”, hizo que Fran y yo nos comiéramos el coco de una manera tremenda. No entendíamos como habiendo salido ellos mucho antes que nosotros, no dábamos con el grupo… Como conté arriba, la explicación era sencilla.

Tomamos la dirección que marcaba el cartel y seguimos todo recto un buen rato al lado de la carretera. Era una caminata suave, por un sendero sin muchas piedras. Sin más llegamos al primer pueblo: San Martín del Camino.

Atravesamos este pequeño pueblo (en el que como en todos los demás, había bancos para dar y regalar… es una comarca muy envejecida) y seguimos nuestra travesía. Unos minutos más tarde, siguiendo las flechas amarillas, llegamos al famoso Puente de Órbigo.



En esta localidad leonesa se encuentra el conocido puente (inicialmente romano, aunque con muchas alteraciones posteriores) que cruza el río del mismo nombre (en este tramo el río es impresionante). Aquí, según las crónicas leonesas, acaeció el hito histórico conocido como “Passo Honrosso”. Según la historia don Suero de Quiñones desafió a los que tuvieran la osadía de cruzar el puente a una justa contra él, todo por el amor de su amada Leonor Tovar. En conmemoración a este hecho, todos los años se celebran unas jornadas medievales con justas de caballeros en los márgenes del río.

Cruzando el largo puente llegamos a Hospital de Órbigo. Este pueblo tiene su origen en el siglo XV, al erigirse junto al Hospital de los Caballeros de San Juan. Cruzamos esta población y tras comprar unos caramelos, nos encontramos de nuevo con caminos de tierra y piedras.

Al abandonar Hospital de Órbigo, se nos plantea una disyuntiva: continuar por la carretera nacional (por un sendero paralelo a la vía) o tomar por el camino más largo, alejándonos de la carretera.

Nosotros nos decantamos por la segunda opción y a esta hora puedo decir que no me arrepiento de ello: ha sido un trayecto muy edificante.



Este segundo camino se alejaba poco a poco de la carretera llena de coches y en algunos puntos se encontraban paisajes de mucha belleza. En todos lados hallábamos numerosa vegetación y superficies minifundistas cultivadas de acelgas, patatas, rábanos, tomates, etc. Además, caminamos con un silencio que solamente era interrumpido por el canto de los pájaros, con un vigor propio de la época estival.

Paulatinamente los caminos se fueron haciendo más angostos, empinados y más pedregosos. Estos tramos duros hicieron que tuviéramos que parar en varias ocasiones, aunque (y no es inmodestia) fueron cortos, sin tomar apenas descanso.

En una de las paradas charlamos con un ciclista italiano, que había salido esa misma mañana de León. También en esta misma parada encontramos un espantapájaros bastante mono y junto a él varias cruces. A decir verdad, todo el camino está sembrado de cruces, lo cual da un aspecto bastante místico al camino…

Como decía esta parte del camino es la que más me ha gustado: por la tranquilidad de la travesía, por los paisajes y por la omnipresencia del agua. Este líquido elemento está presente en ríos, lagos, acequias, canales de riego, etc. Cuando escribo estas líneas me acuerdo del “guía” de la iglesia de Villadangos (que fue representante de una comunidad de regantes). Este buen hombre nos dijo que León era una de las provincias con más recursos hídricos de toda España. Razón no le faltaba…

Tras pasar por Villanes de Órbigo y Santibáñez de Valdeiglesias, llegamos a una zona muy elevada, desde la que divisamos por primera vez la ciudad de Astorga.



Como se puede apreciar en la foto, se advierte la catedral de Santa María y el Palacio Arzobispal (obra de Gaudí). Más tarde visitaríamos estas dos joyas de la ciudad leonesa. Aunque desde lo alto pareciera que restaban pocos kilómetros para llegar, nada más lejos de la realidad: nos quedaban aún unos 4 kms, aprox.

Tras recorrer esa distancia, llegamos por fin a Astorga. Seguimos la ruta marcada y como colofón antes de llegar al albergue nos esperaba otra señora cuesta… Se hizo bastante dura, por cierto. A todo esto, eran las 12 del mediodía y hacía un sol de mil demonios.

El albergue es impresionante. Tiene tres plantas y reúne todas las comodidades: camas espaciosas, salón, internet, patio, terraza, etc. Todo por el módico precio de 4 €. En este momento me acuerdo de lo que me ha comentado mi madre sobre mi hermano Fran, el cual está en Menorca pagando 20 € por noche…

Tras dejar las mochilas en nuestra habitación, descansamos un poco tras el largo camino matutino. Antes de dormir, le pedí a Fran que me hiciera el favor de masajearme la espalda, lo cual hizo no sin rechistar jeje. En ese momento me sentía super cansado y molido, aunque poco a poco fue desapareciendo el dolor.



Tras el pequeño descanso nos calzamos de nuevo y fuimos al centro de la villa (de 12000 habitantes), en busca de la comida y la cena del día. En esos momentos descubrimos un centro histórico bellísimo (al menos a mi parecer), con varias plazas típicamente leonesas, sobre todo destaco la del Ayuntamiento.

Después del aprovisionamiento volvimos al albergue y al entrar en la habitación nos encontramos con la pareja mexicana (mantengo la falsedad, para que se conserve perpetuamente jeje), los cuales se alegraron al vernos. Allí nos presentamos (el día anterior habíamos hablado poco) y nos contaron lo que les pasó durante la mañana. Ella tiene 21 años y él 20. Ella es muy pequeñita, aparenta menos edad jeje Justo lo contrario piensa ella de mí, quedándose alucinada cuando supo mi edad.

A la una de la tarde comimos y en el comedor coincidimos con Carlos, un italiano de ascendencia ecuatoriana. Nos invitó a lasaña y nos contó un poco su historia personal. Un gran tipo y gran embaucador, como comprobaríamos más tarde. Justamente después fui a lavar y tender la ropa. Toda una experiencia! Jaja Por cierto, la ropa quedó super limpia y perfumada (jabón de Marsella).

Lógicamente es esfuerzo fue grande y acabamos rendidos tirados en la cama. Unas 3 horitas de sueño y tras la siesta, me sentí totalmente nuevo. Uff, que sensación mas buena!

Fran me metió prisa y tras recoger algo de la ropa, fuimos de nuevo al centro para visitar los dos principales monumentos de Astorga.



Lo primero que tengo que decir es que no me esperaba para nada encontrarme con esa catedral en este pueblo… Una obra de arte con mayúsculas, diseñada por el miso autor que el que hizo la Catedral de Burgos, casi ná. Es de varios estilos aunque predomina el barroco, sobre todo en sus puertas de gloria. Especialmente me gustó la de “Jesús expulsando a los mercaderes del templo”. Fue una pena no poder visitarla por dentro, pues sólo abría al público por las mañanas…



Justo al lado de esta iglesia catedral, se encuentra el Palacio Arzobispal. Como en casi toda la obra del arquitecto catalán Gaudí, predomina la mezcla de estilos arquitectónicos: modernismo, neogótico, mudéjar, elementos militares… Recuerda mucho a su otro edificio leonés: el Palacio de Botines. Aquí reside el obispo de Astorga. Un tipo con suerte, sin dudas. Es un palacio al estilo al de los cuentos de hadas…

Alrededor de ambos monumentos se encuentran las murallas, imponentes y altivas. Justo al lado del Palacio hay tres estatuas gigantes que representan tres ángeles, cada uno con su simbolismo particular.

Por último y para terminar por hoy, destacar el origen de la ciudad de Astorga (Astórica en tiempos de los romanos). Fue un importante centro astur (pueblo prerromano) y posteriormente conquistado por Roma. De esta época se conservan el foro y las termas, en un emplazamiento cercano al albergue desde el que escribo.

Esto ha sido todo por hoy, voy a ducharme y a echar un rato con Fran, al que tengo abandonado por mi noble ejercicio de escritor jaja Saludos querido lector, Benito Bécquer dixit.

PD: He de comentar dos cosas como añadido. La primera es que nos fuimos de la capital de la Maragatería sin probar sus famosos mantecados. Y la segunda es que durante la noche nos quedamos charlando con una pareja bastante entrañable de húngaros, los cuales nos acompañarían varios días por el camino, pero que finalmente no supimos más de ellos… Una pena porque eran bastante simpáticos y perdimos la oportunidad de mejorar nuestro nivel de inglés jeje



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